(健康长寿 jiànkāng chángshòu)
En la antigüedad, las personas de gran sabiduría no se enfocaban tanto en tratar las enfermedades, sino en prevenir su aparición. Un ejemplo de esto es que cavar un pozo cuando ya se tiene sed o forjar armas cuando la guerra ha comenzado, es demasiado tarde.
El Huangdi Neijing (《黄帝内经》 Huángdì Nèijīng), el clásico de la medicina china, promueve esta filosofía: «El sabio no trata la enfermedad ya desarrollada, sino que previene su aparición; no espera a que el caos ocurra para restaurar el orden.»
Tratar la enfermedad solo cuando ya ha aparecido, o restaurar el orden solo después del caos, es como cavar un pozo cuando ya tienes sed o forjar armas en el campo de batalla; ¿no es ya demasiado tarde?
Este texto rara vez habla sobre cómo tratar enfermedades específicas. En cambio, se centra en un «dao» (道 dào), es decir, el camino de la longevidad, que busca cómo adaptar mejor el cuerpo humano a la naturaleza para alcanzar la armonía tanto interna como externa, entre el cuerpo y la naturaleza.
El taoísmo cree que todas las cosas en el universo tienen dos aspectos: yin (阴 yīn) y yang (阳 yáng).
El día y la noche se alternan, y el frío y el calor empujan las estaciones, formando los ciclos anuales.
Cuando el yin y el yang están en equilibrio, el espíritu está en calma; cuando el yin y el yang se separan, el espíritu y la energía se dispersan.
Por lo tanto, para prolongar la vida, uno debe seguir el curso natural, ajustar la respiración y la mente, y aplicar este principio en la vida diaria, alcanzando así la unión entre el cielo y el ser humano, y logrando una vida larga y saludable.
Métodos para nutrir la vida
El Huangdi Neijing resume los métodos para cuidar la salud de la siguiente manera: «Siguiendo el principio del yin y el yang, ajustándose a las leyes numéricas, moderando la alimentación y manteniendo una rutina estable.»
Esto significa que para mantener la salud, uno debe adaptarse al entorno, evitar los factores externos que puedan causar daño, ejercitar el cuerpo para fortalecerlo, controlar la dieta y mantener una rutina regular, además de cuidar el espíritu, asegurándose de que la energía esté siempre en buen estado.
Estos principios se resumen en tres puntos principales:
- Equilibrio entre yin y yang (阴阳平衡 yīn yáng pínghéng).
- Unión entre el cielo y el hombre (天人合一 tiānrén héyī).
- Unión entre cuerpo y mente (身心合一 shēn xīn héyī).
Equilibrio entre yin y yang
En la cultura taoísta, uno de los principios más importantes es el equilibrio entre yin y yang.
La medicina china, las artes marciales y el qigong (气功 qìgōng) se basan en este principio.
La persona que logra equilibrar el yin y el yang es la más saludable, y el objetivo de mantener la salud es precisamente alcanzar este equilibrio en cuerpo y mente.
Las enfermedades surgen cuando el yin y el yang pierden su equilibrio, resultando en un exceso de yang o yin, o una deficiencia de uno de ellos.
Si podemos reducir el exceso y aumentar lo que falta, devolviendo el equilibrio, la enfermedad desaparecerá por sí sola.
La regulación de la rutina diaria, la moderación en las emociones y la dieta, tienen como objetivo alcanzar este equilibrio.
Unión entre el cielo y el hombre
El taoísmo considera que el ser humano es un producto de la naturaleza y que todo en el universo está interconectado.
Por lo tanto, debemos seguir las leyes naturales y ajustarnos a los cambios estacionales.
El dicho «en primavera abrígate, en otoño enfríate» es un reflejo del concepto taoísta de la unión entre el cielo y el hombre para mantener la salud.
Unión entre cuerpo y mente
El taoísmo no solo busca la salud física, sino también la armonía espiritual.
La medicina china tradicional también presta atención tanto al cuerpo como a la mente.
No solo se trata de cuidar el cuerpo, sino también de cultivar el espíritu.
Nutrir el cuerpo comienza con nutrir el corazón, y la vida en sí misma es un proceso de cultivo personal.
Las enfermedades del cuerpo provienen de la inestabilidad emocional, y la fragilidad psicológica surge de la falta de fortaleza espiritual.
El mayor secreto para una vida saludable no es tomar medicamentos, sino cultivar la mente y mantener la paz interior.
Ejercicio para nutrir la vida
El movimiento es fundamental para una vida larga y saludable.
Los antiguos decían: «Poco movimiento evita la decadencia; la falta de movimiento la acelera.»
Entre los ejercicios más recomendados está el taichí (太极拳 tàijíquán), cuyos movimientos suaves y relajados ayudan a mejorar las funciones internas, la circulación sanguínea y fortalecen el cuerpo.
Además del taichí, también son útiles el qigong de los cinco elementos (五行气功 wǔxíng qìgōng) y las palmas del baguazhang (八卦掌 bāguà zhǎng).
Muchos ancianos que han practicado taichí durante años parecen particularmente saludables y llenos de energía, ya que es una forma de ejercicio que combina el cultivo físico y mental, promoviendo tanto la salud como la curación de enfermedades.
Este enfoque holístico y armonioso hacia la vida y la salud es un legado del taoísmo y la medicina china que se transmite de generación en generación, buscando la unión entre el cuerpo, la mente y la naturaleza.
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