¿Practicas Tai Chi de manera relajada?

El Tai Chi de Wudang enfatiza la búsqueda de la suavidad innata, sin esforzarse demasiado.

El nivel básico del Tai Chi es relajarse y ser flexible. Solo cuando eres extremadamente suave, puedes ser extremadamente firme. Es como una vasija: primero es solo un montón de barro y agua mezclados, luego se moldea y se cuece en el horno para ser utilizada.

Por lo tanto, al empezar con el Tai Chi de Wudang, debes relajarte y permitir que tus articulaciones se desarmen, abriendo los canales para que la energía fluya suavemente por el cuerpo, preparando el terreno para que la energía circule sin obstáculos, permitiendo el desarrollo de una gran fuerza que beneficie a todos. 

Para relajarte, necesitas mantener una mente tranquila y constante, ser valiente para dejar ir y relajarse completamente, mantener una calma inquebrantable.

Primero, relaja los músculos y huesos, y luego prueba tu flexibilidad. Al moverte, debes ser como un árbol antiguo con raíces profundas que no puede ser sacudido. Solo cuando domines la relajación podrás moverte con facilidad y naturalidad.

En el ámbito del Tai Chi, hubo un descendiente del estilo Yang que, después de cincuenta años de práctica, concluyó que la clave era la relajación. Su importancia es evidente.

Si no logras relajarte, te será imposible moverte. Cambia tu perspectiva y verás cómo todo mejora. Si no logras relajarte, todo tu cuerpo se sentirá tenso y cansado. Al practicar, debes relajar todo tu cuerpo para no estar limitado por nada.

En la escuela de Confucio, primero se enseña a relajar el cuerpo, y en el Tai Chi de Wudang se hace lo mismo.

En la práctica, relajarse implica suavizar todas las partes del cuerpo y, durante el movimiento, mantener esa suavidad. Buscar la quietud en el movimiento significa encontrar paz y armonía interna.

Por ejemplo, mientras practicas, si alguien te empuja o te agarra, debes mantener esa calma y volver a tu estado inicial después de cada movimiento. No importa desde qué ángulo te empujen, debes poder absorber y redirigir la fuerza, logrando una relajación completa.